Ucrania vivió entre la noche del sábado y la madrugada del domingo el ataque aéreo ruso más intenso de las últimas semanas, con el lanzamiento de cientos de drones y decenas de misiles que dejaron al menos 12 muertos y 79 heridos, según las autoridades locales.
El Ministerio del Interior ucraniano informó que las fuerzas rusas atacaron múltiples regiones del país, mientras la Fuerza Aérea de Ucrania logró interceptar 266 drones y 45 misiles. Sin embargo, varios de los proyectiles lograron impactar en áreas residenciales, provocando daños generalizados y múltiples incendios.
Ante la magnitud del ataque, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, exhortó a la comunidad internacional a incrementar la presión sobre el Kremlin.
“Sin una presión realmente fuerte sobre las autoridades rusas, esta brutalidad no puede pararse”, expresó el mandatario a través de Telegram, donde también instó a Estados Unidos y a los países europeos a actuar con “determinación” frente a Moscú.
Zelensky destacó que es posible frenar la guerra si se ejerce la fuerza económica y diplomática necesaria sobre Rusia. “El mundo conoce todas las debilidades de la economía rusa”, añadió.
El ataque coincidió con la conclusión del mayor intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia desde el inicio del conflicto. Este domingo se completó el tercer y último tramo del acuerdo sellado en Estambul, que contempla la liberación de 1,000 prisioneros por cada bando.
Tras la liberación de 390 prisioneros el viernes y otros 307 el sábado, este domingo se confirmó la entrega de los 303 restantes, todos miembros del Ejército ucraniano, la Guardia Nacional y los servicios de frontera.
“La tercera parte del canje de 1,000 por 1,000 acordado en Turquía ha sido completado”, anunció Zelensky. También agradeció al equipo que trabajó “sin descanso” para lograr el acuerdo, alcanzado durante los primeros contactos directos entre Kiev y Moscú en los últimos tres años.