SANTO DOMINGO. La noticia nos sobrecogió: José Rafael Lantigua no está. Por fortuna, la labor de quienes escriben con sentido de trascendencia revive cada vez que alguien toma sus textos y los valida mediante una lectura respetuosa y reflexiva. En ese sentido, los escritos y sus autores nunca se van del todo.
La partida de José Rafael Lantigua marca profundamente a la cultura dominicana. Nos deja uno de los principales gestores culturales y literarios de todos los tiempos.
Ensayista, poeta y periodista cultural, Lantigua fue licenciado en Ciencias de la Educación, mención Letras, cum laude, por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Antes de integrarse al tren administrativo del sector público, se desempeñó como director de Comunicaciones y Mercadeo de uno de los principales grupos financieros del país, donde concibió campañas publicitarias de alta responsabilidad social, algunas aún vigentes y perfeccionadas.
Hombre de voz pausada, trabajador metódico y disciplinado, coherente en lo social y lo político, servidor público incuestionable, deja aportes sin precedentes que continúan beneficiando a miles de dominicanos.
Una persona de trato fino. Baste un detalle: Le solicitamos que nos diera una entrevista sobre el panorama cultural dominicano para televisión y nos respondió poniendo a nuestra disposición el estudio de su hija María Lantigua para grabarla allí.
Tomamos casi dos horas para analizar la literatura dominicana y sus protagonistas y procesos. Tal fue su generosidad, pese a que no era persona de buscar apariciones y titulares. Su actitud se resume en dos conceptos: bajo perfil y trabajo coherente.
1. a) Creación de la Feria Internacional del Libro (1997): Dedicada a Julia Álvarez y Luis Rafael Sánchez, honró el centenario de la muerte de Salomé Ureña e invitó a 40 editoras de varios países y a Eduardo Galeano. Hasta entonces solo existía la Feria Nacional del Libro (1970). Muchos dudaron de su éxito, pero Lantigua logró respaldo gubernamental y sentó las bases de una feria literaria internacional que hoy es referente.
2. b) Obra literaria: Aunque aún no valorada en toda su dimensión, incluye el ensayo breve Buscando tiempo para leer y Los 10 derechos del lector, de lectura amena y profunda reflexión sobre la falta de hábito lector en la juventud actual.
Su producción abarca:
· Poesía: Semblanzas del corazón (1985), Sobre un tiempo de esperanza (1982).
· Ensayo: Domingo Moreno Jimenes: biografía de un poeta (1976), Hacia una revalorización del ideal duartiano (1985), La conjura del tiempo (1994), El oficio de la palabra (1995).