El presidente de EE.UU., Donald Trump, se apoya cada vez más en un pequeño grupo de asesores para obtener información crucial mientras sopesa la posibilidad de ordenar una acción militar en Irán dirigida a su programa nuclear, informó este viernes el canal de televisión NBC citando dos funcionarios de Defensa y un alto funcionario de la Administración.
De acuerdo con las fuentes, mientras decide si involucrar directamente a Washington en una guerra con Teherán, Trump ha ampliado su círculo en algunos aspectos, pero lo ha reducido en otros, al dejar de lado a la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, que se opone a los ataques estadounidenses en Irán, y de recurrir habitualmente al secretario de Defensa, Pete Hegseth, en el proceso de toma de decisiones.
Asimismo, Trump está escuchando al general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto; al general Erik Kurilla, comandante del Mando Central de EE.UU.; y al director de la CIA, John Ratcliffe, indican los dos funcionarios de Defensa y un exfuncionario de la actual Administración.
Según otro alto funcionario gubernamental, Trump ha estado recabando las opiniones de ciertos aliados fuera de la Casa Blanca y dentro de su Administración con respecto a si debería dar luz verde a los ataques contra el país persa, una cuestión que ha dividido a sus principales seguidores.
A pesar de que suele consultar con un grupo más amplio de personas, el mandatario estadounidense tiende a tomar muchas decisiones con unos pocos funcionarios del Ejecutivo, entre ellos el vicepresidente J. D. Vance, la jefa de Gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, el subjefe de Gabinete, Stephen Miller, y el secretario de Estado, Marco Rubio, que es también asesor de Seguridad Nacional interino, asegura el informante. Asimismo, tiene en cuenta la opinión de Steve Witkoff, enviado presidencial especial para Oriente Medio, a la hora de tomar determinaciones en su ámbito de competencia.